La experiencia de jugar Bioshock
“Ni dioses, ni reyes. Sólo el hombre."
Andrew Ryan
No hacen falta más palabras para sumergirnos en la distopía acuática del mundo de los videojuegos. BioShock es una historia que pide a gritos ser contada. Busca empaparnos con sus ideas e inundarnos con su atmósfera. Lo hace a través de este juego de disparos en primera persona, que se esmera en proyectar un trasfondo increíblemente profundo.
Andrew Ryan, nos da la bienvenida a su fantástica utopía mediante una grabación, que se reproduce conforme nos vamos acercando lentamente a la urbe. En el breve trayecto, quedamos asombrados ante su magnífica infraestructura, que apunta a la prosperidad que tanto deseaba el capitalismo norteamericano del siglo XX. En su discurso, Ryan nos convence de que hemos llegado a la libertad misma, un laissez faire absoluto, nos declara haber creado una civilización independiente de cualquier sistema opresor. Sin embargo, la promesa es devastadoramente efímera, cuando al llegar, nos damos cuenta de que el sueño ha fallado.
A partir de este punto, emprendemos un recorrido kinestésico por la ciudad submarina. Donde la curiosidad es nuestro mayor estímulo para ir palpando todo aquello que se cruza en nuestro camino, analizando cualquier cosa que nos pueda decir qué provocó el hórrido desenlace.
Este estremecedor suspenso, es transferido por medio de inhumanos supervivientes, que nos infectarán con los más oscuros y desafiantes terrores. En conjunto con la imponente ambientación que resulta de una banda sonora excelsa, y la dirección de arte más compleja que su motor gráfico haya presenciado jamás. Vinculado a nosotros por un mando simple y rudimentario, que termina encajando perfectamente con el entorno.
Los puntos mencionados, nos permiten disfrutar la sobrecogedora ficción a través de aquellas geniales mentes que crearon Rapture. Personajes constituidos de manera impecable, que transpiran los ideales y sentimientos de Ayn Rand inmejorablemente, en esta adaptación de “La rebelión de Atlas”.
No existe duda de que la obra maestra de Irrational Games cambió la percepción que se tenía sobre los videojuegos, creando esta violenta y controversial experiencia que nadie debería perderse.