Reseña: Skullgirls
Cortesía de mi curso de admisión a la universidad, tuve que escribir un ensayo sobre una obra arquitectónica, una película animada, un juego de vídeo o un estudio de animación. Decidí escribir sobre un juego que ignoré por bastante tiempo hasta que abrí los ojos.
Lo vi tantas veces en YouTube, encontraba a sus personajes vagando por Internet, escuchaba maravillas de su Gameplay y algo dentro de mí quería darle una oportunidad, pero me negaba a abandonar otras sagas que ya tenían mi confianza. Así fue hasta que en una venta flash de PlayStation 4 estuvo en ofertas y usé mis últimos diez dólares para comprarlo… jamás me había arrepentido tanto por negarle la oportunidad a un juego.
Skullgirls es un juego de peleas. Su historia, de una forma muy resumida, explica que existe un objeto de increíble poder, capaz de cumplir cualquier deseo de la chica que logre obtenerlo, el Skullheart, pero si quien lo obtiene es impura de corazón, ésta se convertirá en un ser igual de poderoso, una Skullgirl.
Ahora, una nueva Skullgirl ha aparecido. ¿Quién podrá derrotarla y reclamar el deseo del Skullheart?
En cuanto a mecánicas. Si has jugado Marvel vs CAPCOM, te sentirás como en casa. El juego permite combates 1v1, 2v2, 3v3 y para hacer la historia corta, puedes elegir entre usar tres personajes con poderes normales, dos personajes muy poderosos o un solo personaje OP. Muy parecido a lo visto en CAPCOM vs SNK 2. El objetivo, como en cualquier juego de pelea, es noquear a tu oponente o mantener la mayor cantidad de salud acumulada para cuando el tiempo se agote.
El juego sigue un esquema clásico de golpes, teniendo seis botones de acción, tres para los puños y tres para las patadas, débil, media y fuerte. Presionando los botones de puño y patada débil el personaje ejecutará un agarre y lanzamiento. Crear combos en este juego es bastante sencillo, tienes que empezar con ataques débiles, usar tantos medios como puedas y acabar con uno fuerte. El límite es la propia habilidad e imaginación del jugador. También existen los movimientos Blockbuster, que son el equivalente de súper movimientos, especiales o final Smash en otros juegos de pelea, estos pueden incluso conectarse con un combo normal para aumentar el daño provocado. Dicho esto, muchos pensarán en combos infinitos pero el juego tiene un sistema que los evita dándole al jugador que está recibiendo una paliza la oportunidad de escapar del combo presionando cualquier botón. Este sistema se activa al detectar combos “Loop”. Esto ayuda a que nuevos jugadores entren a la acción siendo un sistema bastante amigable. Claro que también existen los viciosos que no descansan hasta dominar a su personaje preferido y crean secuencias capaces de vencerte con una sola combinación de botones.
Tiene un plantel de personajes algo limitado, pero cada peleador es diferente al anterior, si bien es cierto que aprendiendo a mover uno puedes aprender varios, no significa que vaya a funcionar. Cada uno tiene sus trucos y secuencias, sus tiempos, ventajas y desventajas. Excepto “Big Band” él está OP, recuerden “Winners don’t play Big Band”.
Skullgirls tiene gráficos sencillos, no son realistas, no están detallados hasta su máxima expresión. Es como ver una caricatura, pero lo que destaca de ese estilo es la calidad y el esfuerzo que se puso en cada diseño. Todos los personajes, sus movimientos y animaciones fueron hechas totalmente a mano, es uno de los juegos con mayor cantidad de cuadros de animación en la historia, sin mencionar que también es de los juegos con Hitbox y Hurtbox más precisos. Es todo un deleite para nuestros ojos observar la belleza y fluidez con la que estas chicas ejecutan cada uno de sus movimientos, no sólo por el fan-service que se ofrece, sino porque realmente es increíble que un dibujo se pueda mover así.
“Otros juegos también lo hacen” estarán pensando, pero esos otros juegos podrán ser modelos generados por computadora o sprites y pixeles en una pantalla, en Skullgirls son dibujos y si un dibujo puede tener esa animación. Dios, que gran época para ser jugador de peleas.
La música. Banda sonora creada por Michiru Yamane, Vincent Diamante, Blaine McGurty y Brenton Kossak. Los desarrolladores pensaron que un ritmo de Jazz y Rock caería bien para el estilo “Dark Deco” del juego. Durante las grabaciones, Michiru Yamane estuvo jugando con el ritmo e inventando nuevos sonidos para intentar realzar y destacar la naturaleza de los gráficos únicos que presentaba el juego.
Tengo aproximadamente un año con el juego en mi consola y puedo asegurar que al menos dedico una hora del día a practicar mis combos e intentar mejorar. Soy malo, tengo las mañas y trucos que Street Fighter me ha enseñado durante mis 23 años de vida, algunas de ellas sirven, otras me significan una muerte y otras simplemente no hacen nada. Apenas puedo sobrevivir a quince peleas en el modo survival y solo una vez he acabado el modo Arcade en difícil (faltan “Ridículo” y “Pesadilla”).
Recuerdo que el primer día fue solo para conocer a los personajes y encontrar a mis consentidas. Las ganadoras fueron Filia, Valentine y Parasoul. Siendo Filia mi mejor personaje, o al menos con quien puedo lograr Perfects en una que otra pelea.
El juego, en mi humilde opinión, es bueno. Tiene algunos elementos que podrían no gustar a todos. Los personajes femeninos (casi todos) están sobre sexualizados, muestran una gran cantidad de piel y sus atuendos son bastante provocativos. La inteligencia artificial es bastante agresiva y puede eliminarte rápidamente. Personalmente no me importa mucho la sexualización de los personajes, la dificultad, o la falta de premisa. Es un juego sumamente divertido de ver y de jugar, el equipo de TrueCompiler lo ha comprobado en varias reuniones.
Finalmente puedo decir que fueron diez dólares bien invertidos y que me dieron una nueva joya de Ps4 que se va a quedar por años y años dentro de mis juegos favoritos.
Antes de terminar esto quiero decir que, si quieren probar el juego, pero no tienen consola, también está disponible en PC, esperen a las ofertas de steam y armen el paquete con el DLC, vale toda la pena del mundo.
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