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Lo atractivo de la lucha contra osos


Es curioso que la película con la que Leonardo DiCaprio ganó su Oscar fuese una en la que se enfrentó a una mamá oso. No fue en la que se enfrentó a una guerrilla africana o en la que fue tripulante del Titanic, sino una en la que tuvo que arrastrarse por el hielo con heridas provocadas por una enorme bestia. Pero es más curioso que dos juegos en los que se puede luchar contra ellos, como lo fueron The Legend of Zelda: Breath of the Wild y Red Dead Redemption 2, hubiesen sido tan favorecidos por la crítica. ¿Habrá una conspiración orquestada por los ursidos o es que el público ama luchar contra ellos?


¿A qué se debe esto? ¿qué hay de grande al luchar contra una bestia de dos metros y doscientos kilos? ¿Por qué es tan impresionante para el público?


Hay que ponerlo de la siguiente manera: imaginen que ustedes son personas normales, de estatura normal y habilidades normales. Caminan por el bosque con una cesta y quieren pasarla bien por un día o dos. No hay nada que temer. Pero recuerden, son humanos y pertenecen a la especie que ha dominado a la naturaleza y que se ha adaptado para obtener comodidades. Entonces, guiado por el olor de la comida, un gran animal, mucho más grande que el más alto de nuestra especie, aparece y gruñe. Puede ser sólo un rugido de alerta, o sólo un simple berrido inconsciente, pero es suficientemente ajeno a nuestra naturaleza como para espantar a los inocentes campistas.


Ahora imaginen un hombre grande, musculoso y varonil que pueda enfrentarlo. No sólo quedaría como el más valiente y fuerte, sino que sería considerado el más hombre. Y por consiguiente, como los idiotas gustan de comparar su pene, llegará otro que afirmará también ser capaz de vencer un oso.


No es algo nuevo, y se suma a otras prácticas absurdas de los hombres, como la lucha libre o el futbol americano. Que más que deportes, suelen ser justificaciones para ver hombres atacando a otros hombres.

Porque no hay nada más masculino que ver dos hombres semi-desnudos abrazándose y agarrándose


En los videojuegos, la situación tiene que ver más con la supervivencia que con la lucha en sí (exceptuando a Tekken, claro). La mayoría de los juegos en donde aparecen luchas contra estos animales es en donde existe una gran oportunidad de exploración, y el jugador se puede enfrentar a animales peligrosos. Ocurre en Metal Gear Solid V: The Phantom Pain en el que Big Boss debe capturar un oso como parte de una misión secundaria. En Red Dead Redemption 2, para mostrar cómo funcionan las mecánicas de cacería, de rastreo y creación de atuendos, Arthur Morgan sale a cazar un gran oso con su amigo y mentor, Hosea Matthews, en el norte del mapa. Y en Zelda: Breath of the Wild, es posible encontrar algunos ejemplares en las zonas boscosas; y si se tiene la suficiente coordinación, se les puede usar de montura.

De verdad es posible. Vayan e inténtenlo

En todos los juegos mencionados, una lucha frontal puede ser desastrosa. Los diseñadores de videojuegos han dejado en claro que son fuertes, rápidos y muy temperamentales. Al principio de Red Dead Redemption 2, se deja muy en claro que buscar problemas con uno era una acción casi suicida, y, cuando se llega a una de las muchas cabañas del mapa, pero con un oso sorpresa adentro, se corre el riesgo de morir o perder a nuestro fiel caballo (como ocurrió con mi querido Bayo. Siempre te recordaré).

Si se llega por el frente, es muy probable que te mate


Muchos personajes memorables se les han enfrentado, como Brienn de Tarth, Homero Simpson y Zangief, pero el que parece resaltar es Hugh Glass, mejor conocido como El Ganador del Oscar a Mejor Actor Leonardo DiCaprio (ahora es su nombre legal), quien no sólo sobrevivió a la furia de una mamá osa, sino que la venció a pesar de las heridas que ya había sufrido. En toda la película se le ve arrastrando y sufriendo, pero llevando su piel como símbolo de su victoria.

Al igual que las corridas de toros y la lucha contra canguros, la lucha contra osos es otra manera de hacer crecer el ego y demostrar la hombría propia. Es un acto cruel e insensible, pues muchas de sus acciones son instintivas y sólo buscan su propia supervivencia, mientras que las de los humanos son intencionales. Es terrible pensar que alguien lo quiera intentar en la vida real. Sin embargo, he de admitir que muchos de estos enfrentamientos son grandiosos en la ficción. No hay razón para luchar contra una bestia si se puede ver a Homero Simpson siendo aterrorizado por una, o a Arthur Morgan huyendo de la cosa que asustó a su caballo.


Siempre habrá un idiota que pelee con animales.

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