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¿Es realmente necesario dar calificaciones a obras de entretenimiento?


En los últimos meses hemos escuchado mucho sobre la baja calificación del episodio final de Game of Thrones, de lo bien que le ha ido a Attack on Titan y Chernóbil. Páginas como Metacritic o Rotten Tomatoes han obtenido mayor atención gracias a los altos números que le dan, o los bajos que pueden llegar a dar a películas, juegos o series. Pero ¿de verdad son necesarios sistemas así?

¿Cuál es el objetivo de sitios como estos?


Para empezar, sirven para diferenciar el contenido bueno y malo usando de base las calificaciones de los usuarios; algunos de estos, como Metacritic, usan dos sistemas diferentes, uno con el que toman en cuenta al público en general y otro en donde la crítica especializada da su propio voto. Por esto, películas como Star Wars episodio VIII: los últimos jedi tuvieron buena calificación, pero al mismo tiempo baja. Los profesionales hablaron bien de ella, mientras que el público se sintió muy decepcionado.

Con eso, las compañías pueden encontrar los factores que pueden ayudar a crear mejor contenido, puesto que pueden aislar los factores que agradan al público general y los que le agradan al público especializado.


El problema: el público general es fácil de influenciar. Si una figura pública, ya sea un youtuber o un twitero importante, expresa su descontento con Game of Thrones, de inmediato muchos creerán que es la opinión de TODOS, y al mismo tiempo, se altera la opinión de otros.


Al mismo tiempo, puede ocurrir el caso contrario: querer llevarle la contraria a un sitio o a una personalidad de la red. Los haters siempre odiarán, y más si ven que la opinión de alguien a quien odian no va de acuerdo con la suya. A veces, este odio tiene su origen en una rivalidad con otra estrella o en prejuicios personales (como el género, la raza o la nacionalidad). Si alguien indica que algo no le agrada, se busca desacreditar dicha opinión de cualquier manera posible.

Pero, estas calificaciones y sistemas de puntuación, ¿de verdad son necesarios?



Lo pondré de esta manera: a mí, el escritor de este artículo, estudiante de la carrera de Estudios Literarios, con línea terminal en Escritura Creativa, con cuatro años de entrenamiento en critica literaria y análisis narrativo, sí me gustó el final de Game of Thrones y la octava película de Star Wars. ¿Por qué? Porque todos los eventos tienen sentido con la trama que se nos ha dado desde hace años.


Pero algunos fanáticos de Star Wars, con canales de Youtube, dirán que esa misma película no es buena porque las acciones de algunos personajes no concuerdan con la personalidad que se les dio hace cuarenta años, y por secuencias que rompen el ritmo del resto de la película.

¿Cuál de esas opiniones es más valida? Las dos y ninguna.


Al final, aunque suene redundante, se tratan de opiniones, expresiones completamente subjetivas de nuestras experiencias. Pude disfrutar Star Wars, pero alguien más no lo hizo, mientras que otro no se sintió ni enojado ni feliz. Habrá quien vea Game of Thrones y sienta que el único final que tiene sentido es el que vimos, mientras que también existirán los fans de Jon Snow y su frustración por no verlo en el Trono de Hierro.

Las paginas como Rotten Tomatoes y Metacritic caen en el error de pensar de que todo es medible. Se puede hacer una crítica, sí, pero no se puede tratar de medir todo con el mismo sistema. Es como pensar que un litro es lo mismo que un kilo. Siguiendo esa logica, está mal pensar que jugar The Last of Us, uno de los mejor calificados por Metacritic, es igual que Super Mario Odissey porque también obtuvo una calificación alta. O, si vamos a una situación aún más extrema, es como pensar que The Legend of Zelda: Breath of the Wild es igual de bueno que la canción Bohemian Rhapsody a pesar de ser obras artísticas completamente distintas.


Podemos analizar otro caso, como el final de Game of Thrones:


A partir del 2015, la serie obtuvo casi el doble de los seguidores que en las primeras temporadas. La quinta temporada es conocida por tener algunas de las secuencias más impresionantes, los cambios más significativos en algunos personajes y, por supuesto, la ruptura en la frontera entre los libros y la serie. Después de ella, la serie se basó en lo que el autor George R.R Martin contó a los productores David Benioff y D.B Weiss. Pero, con el aumento de seguidores, muchos empezaron a tomar bandos, a idealizar personajes y presionar a los creadores por satisfacer sus gustos.


En las últimas tres temporadas, personajes como Jon Snow, Arya Stark y Cersei Lannister desplazaron a otros personajes como Daenerys Targaryen, Jaime, Tyrion y Bran Stark en popularidad. La actitud honorable y heroica de Jon, junto con la rebeldía de Arya y la malicia de Cersei se ganaron el corazón de los fanáticos nuevos.


Cuando el final de la serie salió al aire, muchos sintieron descontento al ver que personajes como Jon Snow no tenía lo que algunos creían que merecía.

Según lo visto, muchos preferían el "final Disney" en el que Jon Snow y Daenerys Targaryen tienen un final feliz.

¿A dónde fueron a quejarse? ¿En dónde sacaron su frustración? O, como dirían en mi colonia, ¿A dónde fueron a hacer berrinche? Obviamente, a sitios como Metacritic y Rotten Tomatoes.


Miles de personas, influenciadas por personalidades del internet, frustradas y poco conocedoras del tema, terminaron expresándose en un lugar hecho para dar calificaciones de la misma forma que un exnovio habla mal en Facebook y twitter de su antigua pareja. La intención es arruinar su reputación por culpa del despecho.


Es triste, pero es cierto. No es posible confiar en las calificaciones de internet de la misma forma que no podemos confiar en… todo lo que hay en internet. Las redes sociales han servido en los últimos años para desahogarnos, y eso ha provocado con los años la posibilidad de que alguien que no comparta los mismos sentimientos, vea estos arrebatos como argumentos reales.


Las calificaciones no son más que opiniones en forma de números. Una baja calificación significa gente enojada y una alta, gente feliz. Pero si algo nos han demostrado las películas de Marvel, es que no necesitas una gran trama para tener gente feliz. De ser así, muchas películas de super héroes tendrían calificaciones bajísimas.

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