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Bots: ¿Qué son y cómo identificarlos?

¿Cómo funcionan los bots?


Los bots no son algo maligno en sí mismo y su concepto y descripción abarcan muchos aspectos.

Los bots “buenos”, por así llamarlos, pueden utilizarse para programar respuestas automáticas en redes sociales, correo electrónico o foros. Es normal utilizarlos en Discord para coordinar partidas de Dungeons&Dragons, poner música o activar una alarma si se usa una palabra clave (ya sea para no utilizarla o para ganar un concurso propio).

Sin embargo, también se pueden utilizar para acaparar entradas de conciertos, partidos o salas de cine, también para comprar en automático productos que corren el riesgo de acabarse rápido, como consolas de nueva generación, tarjetas gráficas, procesadores o incluso gel antimaterial.

Siguiendo ese patrón, los gobiernos suelen utilizarlos para redireccionar la atención de un tema delicado o para salir de un problema, dando la ilusión de que el pueblo los apoya o que están a favor de una política controversial (como lo fue el fracking, el aborto, intervenciones militares).

Puede verse un ejemplo de ello ahora mismo: justo cuando hay manifestaciones en contra de la violencia hacia las mujeres, se ven miles de cuentas tratando de desprestigiarlas, sugiriendo que hay un número irreal de personas apoyando al presidente o redirigiendo la atención hacia un evento trivial como lo es la supuesta cancelación de un personaje de los Lonney Tunes.

También se pueden utilizar para atacar cuentas. En la revista Proceso, se puede leer una serie de testimonios de periodistas que afirman haber sido amenazados después de una conferencia presidencial. Por suerte, las amenazas no parecían tener un comportamiento orgánico, sino sistemático.

Sin embargo, la definición de bots no se ha limitado a la de sistemas programados para generar un comportamiento. Se ha ampliado para incluir a los grupos de choque donde personas reales simulan ser cientos para así dar una imagen más “orgánica” en sus comentarios.

A este último grupo se le puede identificar porque sus comentarios son poco coherentes con el contenido donde se colocaron. También se repiten o parecieran ser más exagerados de lo que normalmente son. Un ejemplo de ello son los seguidores del presidente de México, los cuales parecen llorar al mencionar su nombre.

En palabras simples, hay de dos tipos: los programados y los no programados. Si se tiene el dinero suficiente, se puede contratar a un grupo de personas para controlar decenas de cuentas al mismo tiempo. Personalmente me he encontrado con un par de reclutadores de este tipo y a una persona a la que intentaron reclutar.


El negocio funciona así:

  1. Comentas algo ofensivo, te pagan.

  2. Reaccionas con el normalizado “me divierte” para desacreditar, te pagan.

  3. En el caso de que haya una respuesta y confrontas a esa persona, te pagan.

  4. Alguien colocó un comentario lógico y comprensivo y tú lo comentaste con un supuesto comentario ingenioso, te pagan.

No es muy diferente a como funcionan los grupos de choque durante las manifestaciones o en épocas electorales mexicanas. Son gente contratada para generar conflicto y, aunque no lo parezca, muchas veces tienen poco que ver con la causa.

¿Cómo identificarlos?

La respuesta más sencilla es siguiendo la lógica, pero cada vez se vuelven más sofisticados. Algunos bots programados son capaces de responder e incluso hacer preguntas, dando la ilusión de encontrarse en una batalla real de argumentos en la caja de comentarios.

Algunos métodos para detectarlos son:

· Fecha de creación de la cuenta: La mayoría de las cuentas falsas son creadas en días, semanas y, a veces, meses recientes. En ocasiones pueden llevar existiendo varios años, pero la actividad del perfil no coincide con el tiempo de existencia.

· Actividad del perfil: Como se dijo en el punto anterior, muchas veces se ve una frecuencia de actividad que no coincide con su tiempo de existencia, como si no se usara mucho el perfil o sólo para generar un tipo especifico de comentarios. Muchas veces los parámetros.

Ejemplo:

de privacidad del perfil ni siquiera están configurados, dando por resultado, perfiles expuestos a todo público.

· Número de seguidores o amigos: Como personas simples y terrenales, es normal que sigamos a cientos de personas, pero que pocos nos sigan. En algunos casos, al ser creadores de contenido, los seguidores llegan a superarla cantidad de seguidos, pero estos son casos muy especiales. Dependiendo de la actividad, se puede notar un índice orgánico de crecimiento de seguidores o amigos.

No es normal que una cuenta creada la semana pasada, con una sola publicación, tenga más de mil seguidores o, al contrario, no tenga seguidores, pero que siga a 7500 perfiles.

Como anécdota personal, una vez una cuenta empezó a atacarme en twitter por tema del aborto. Al revisar su perfil, me di cuenta de que seguía a más de 1700 cuentas, pero sólo una la seguía; una diputada del PAN de Nuevo León.

· Interacción: ¿Se han preguntado por qué parece que todas las redes sociales quieren tener su propia versión de las Instagram Stories?

Facebook logró su popularidad creando lazos entre personas con las que se creía que ya no existía contacto. Por ello, viejos amigos de la escuela podían compartirse fotos y videos e incluso enviarse mensajes. Es normal que queramos reaccionar a un tema o a una publicación, pero es aún más normal la interacción.

Las cuentas de twitter falsas o bots sí suelen arrobar a otros usuarios, pero no enviar mensajes o, en caso de sí hacerlo, se envían mensajes repetidos o programados para simular una conversación. Dicho de otra forma, crean spam.

· Imágenes de perfil: Esta es más compleja, puesto que no todo el mundo usa una foto de su cara en sus perfiles, pero se puede notar que no existe una relación entre el contenido del perfil y la imagen. En ocasiones, se usan fotos de personas de verdad, pero pueden ser imágenes de modelos, webcamers, imágenes predeterminadas o de perfiles de lugares lejanos.


¿Quiénes contratan estos servicios?

Aunque lo nieguen los políticos y compañías, los que más buscan estos servicios suelen ser organismos gubernamentales como partidos políticos (Morena, PAN y PRI, en ese orden), asociaciones a favor de algún privilegio (grupos supremacistas como Pride Boys, QAnon, Students for Liberty, MGTOW, NRA), el clero (Salvemos las dos vidas, Iglesia católica) y compañías para generar apego o empatía hacia sus productos (Grupo Salinas, Bimbo, Microsoft, Sony, Apple, Amazon, Netflix).

Por desgracia, este comportamiento se ha vuelto cada vez más normal y es promovido por sus dirigentes y miembros de alto perfil.


Uso en los videojuegos y el entretenimiento




Todos nos hemos topado con usuarios con movimientos extraños o con una puntería superhumana. A algunos les ocurren más que a otros (como a uno de nosotros en Call of Duty).

En los videojuegos, el uso de bots programados se utilizan con cierta regularidad. A veces es en el multiplayer, ya sea creado jugadores completamente inexistentes o generando sistemas de apuntado automático. Si se sospecha del uso de esta clase de mecanismos, se es acreedor a una sanción bastante grave, más si se comete en partidas rankeadas.

Sin embargo, su uso más común es en los juegos de creación, estrategia o supervivencia, donde los bots se utilizan para crear o extraer recursos sin la necesidad de la vigilancia del jugador. En este caso, no son mecánicas totalmente ilegales, pero sí provocan una disminución de la dificultad y se pierde el sentido del juego.

En cuanto a plataformas como Youtube o Twitch, los bots se suelen utilizar para generar más vistas o la ilusión de interacción en los comentarios. El abuso de estos sistemas ha provocado múltiples cambios en el algoritmo, en especial cuando se trata de monetización. Visto de otra forma, Twitch y Youtube han cambiado sus algoritmos porque sus usuarios ganaban dinero haciendo trampa.

Impacto:

El publico en internet es más voluble de lo que muchos creen. Si un youtuber dice que una película es mala, una manada de niños necesitados de atención pregona que es cierto, mientras que otra horda se lanza al suelo gritando que no es verdad. Esto puede provocar el éxito o fracaso de una película o un videojuego. Si una persona con poco criterio nota que alguien a quien admira no le gustó algo, querrá sentirse incluido siendo parte del grupo del desprecio.

Los bots pueden crear la ilusión de este patrón. Muchos seguidores diciendo “sí” significa que alguien poco informado también lo dirá. O en su caso, al tratar de desacreditar algo, se usan bots para crear una imagen errónea para dañar un movimiento, tal como ocurrió con el Black Lives Matters, cuando se compartieron sistemáticamente mensajes en apoyo a Trump o de saqueos.

Esto crea un problema de imagen. ¿A qué debemos creerle y a quién tenemos que seguir? Es difícil identificar bots si se tiene un panorama bastante sesgado en lo que se refiere a comportamiento social. La gente gusta de odiar o amar de forma colectiva, y estos mecanismos se utilizan para redirigir la narrativa hacia el odio, pues da la ilusión de apoyo y acompañamiento en acto de disgusto.

Nuestro consejo es, si gustan de una película, serie, videojuego, banda o lo que sea, publíquenlo y compártanlo sin tomar en cuenta los comentarios de otras personas. Una cosa es la crítica especializada, otra es el análisis y otra es la opinión subjetiva; no deben confundirse incluso si pareciera que un montón de personas están enojadas por lo mismo. El gusto de ustedes es de ustedes. No tienen por qué justificarlo ante alguien más (a menos que sea algo ilegal).

Aún así, esto ultimo no se debe confundir con llevar la contraria ante cualquier situación. Las injusticias sociales existen y si hay gente gritando en las calles para pedir que se les tome en serio, aun exponiendo su integridad, es porque ese problema existe. No porque mucha gente se identifica entre ellos es símbolo de un plan macabro o algo por el estilo. En estas situaciones, lo que se tiene que tomar en consideración es el comportamiento. Los movimientos civiles nacen por eventos desafortunados y, usándolos de base, se crea un discurso con el que se dirigen. Si dichos acontecimientos fueran poco veraces y los comentarios se generarán de forma poco orgánica, entonces sí se deben tomar medidas al respecto.

Otro consejo es no pelear en los comentarios con usuarios sospechosos. Ya sea si son cuentas programadas o cuentas pagadas, es una perdida de tiempo. Y la peor parte es que, de ser de los contratados, les pagarán más por continuar con la discusión. No les den más dinero.

No caer en tentación. Suena bíblico, pero es cierto. Lo mejor es no caer en provocaciones y alejarse de los conflictos. Muchas veces, a estas personas no les importa la causa que defienden o atacan.

Y aunque no se trate de bots, lo mejor es no discutir con quien no lo merece. Muchos son neonazis necesitados de atención o niños incapaces de tener contacto con una mujer, incluso sin intenciones románticas.

Al final, recordemos que lo que ocurre en internet, realmente no ocurre en la vida real.

Sí, la vida en internet tiene una repercusión en la sociedad, pero debemos separar los hechos de la realidad. Todo es un simulacro. Mantengamos los pies en la tierra.







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